Aunque no lo vemos. La energía térmica se libera gradualmente en la zona infrarroja del espectro de luz, por lo que solo puede ser detectada por instrumentos como los que lleva la sonda Cassini. Con sus datos, un equipo dirigido por Liming Li, de la Universidad de Cornell (EEUU), se ha dado cuenta de que el planeta ha ido emitiendo cada vez menos energía entre 2005 y 2009.
Además, la desprende de forma irregular en toda su superficie: el flujo que sale del hemisferio norte es mucho menor que el procedente del hemisferio sur. Hasta ahora se pensaba que los planetas perdían calor por todas partes y a un ritmo constante.
Pilar Gil Villar