No es un secreto que, conforme pasa el tiempo, las bacterias están cada vez más acostumbradas a los antibióticos. Esto, por desgracia, se traduce en una resistencia de distintas enfermedades a esta clase de fármacos como es el caso de la «preocupante cepa desúpergonorrea» de la que se ha hecho eco la OMS que ha sido recientemente encontrada en Japón y que ha sido calificada de peligrosa pues «puede conllevar un problema de salud global».
Dicha bacteria se ha propagado por todo el mundo según alerta la Organización Mundial para la Salud y los especialistas advierten de que además de ser resistente a la mayoría de tratamientos farmacológicos, la bacteria continúa evolucionando. Esto preocupa a los investigadores, ya que podría llegar a convertirse de imposible tratamiento. Asimismo, sus síntomas son escurridizos, lo que hace complicado su diagnóstico y por tanto más sencillo el contagio. Según declaró Manjula Lusti-Narasimham, de la OMS, en una rueda de prensa: «Sin investigación sobre nuevos agentes antimicrobianos, pronto podría no haber tratamiento efectivo para los pacientes. Estamos preocupados por reportes sobre el fracaso de la última opción de tratamiento efectivo».
La gonorrea es una de las cuatro mayores enfermedades de transmisión sexual y afecta anualmente a más de 100 millones de personas. Habitualmente se trata con antibióticos, aunque ya se había apreciado que la enfermedad provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, se hacía cada vez más resistente no solo a los antibióticos, sino también a la penicilina. La gonorrea no es una enfermedad de la que no preocuparse, por lo que dado el aviso de la OMS es más que conveniente elevar las medidas de seguridad en las relaciones sexuales. La bacteria puede dañar los órganos reproductores, producir esterilidad, endometritis, salpingitis y enfermedad inflamatoria pélvica aguda. «Si no es curada, la infección puede provocar graves problemas de salud, incluso en los recién nacidos.».
Ya se han registrado casos de esta cepa en países como Australia, Francia, Japón, Noruega, China, Suecia y el Reino Unidos. En estos dos últimos, los problemas de resistencia «han aumentado dramáticamente», según Narasimham.
Según los científicos que están estudiando el caso «no existe un plan B» para su tratamiento, por lo que advierten a todos los países de que es importante elevar la vigilancia para evitar y frenar la evolución de la bacteria.
Redacción QUO