Estamos determinados por nuestra sangre. Eso es lo que sugieren diversos estudios publicados en el último año.
Investigadores de la Universidad Johns Hopkins han publicado un estudio en la revista The American Journal of Psychiatry en el que se afirma que los cambios en un gen involucrado en la función cerebral que da respuestas a las hormonas del estrés juega un papel importante en los pensamientos y comportamientos suicidas.
«Hasta ahora, no teníamos una fórmula consistente para predecir aquellas personas que están en mayor riesgo de quitarse la vida», asegura el investigador principal del estudio, Zachary Kaminsky, «con una prueba como la nuestra, podríamos intervenir con suficiente antelación para evitar una catástrofe».
Para el estudio, Kaminsky y sus colegas se centraron en investigar una mutación genética de un gen conocido como SKA2. Tras analizar muestras de cerebro de enfermos mentales y personas sanas, los investigadores encontraron que en las muestras de las personas que habían muerto por suicidio los niveles de SKA2 eran significativamente menores.
Posteriormente, encontraron que algunos sujetos habían experimentado una modificación epigenética que alteraba el funcionamiento del gen SKA2. Esta modificación, conocida como metilación, era mayor en aquellos mismos sujetos del estudio que se habían suicidado.
Los investigadores comprobaron la validez de su hallazgo con tres muestras de sangre diferentes. Los resultados respaldaron su modelo análisis: predijeron con un 80 por ciento de acierto el número de participantes que estaban experimentando pensamientos suicidas o habían intentado suicidarse. Las personas con riesgo más grave de suicidio fueron detectadas con un 90 por ciento de acierto.
«Necesitamos estudiar este hallazgo en una muestra más grande, pero creemos que podríamos ser capaces de controlar la sangre para identificar personas en riesgo de suicidio.», sentencia Kamisnky.
Dame sangre
En otro estudio, también elaborado por la Universidad John Hopkis, publicado en la revista Molecular Psychiatry, se asegura que la alteración química de dos genes, detectable mediante un análisis de sangre durante el embarazo, pronostica con un 85% de acierto si la mujer desarrollará depresión posparto. Los investigadores indicaron que las modificaciones que alteran el funcionamiento de los genes pueden detectarse en la sangre de las mujeres que se encuentren en cualquier trimestre del embarazo.
También este año, un equipo de investigadores del King College de Londres identificaron un grupo de 10 proteínas en la sangre que pueden ayudar a predecir, con un 87% de precisión, la aparición de la enfermedad de alzhéimer con un año de antelación. Un avance que podría ayudar a la búsqueda de tratamiento.
Redacción QUO