Adelantarse a la enfermedad antes de que esta llegue a afectar al paciente es una de las grandes metas de los científicos: es el caso del Alzhéimer o la demencia senil, que han centrado estudios de este tipo. Poder saber lo que puede pasarte en unos años es una forma de comenzar con un tratamiento que, de alguna manera, pare o ralentice los síntomas.

Durante años, la comunidad científica ha sacado a la palestra diferentes investigaciones que aseguraban tener el análisis de sangre infalible para detectar estos primeros signos de esta enfermedad cerebral, pero un grupo de investigadores australianos y japoneses asegura haber dado con el definitivo. Apuntan que es capaz de dar, con un 90% de precisión, con indicadores de acumulación de la proteína beta-amiloide en pacientes que ni siquiera han comenzado a mostrar síntomas de pérdida de memoria o que tienen episodios esporádicos. Así lo han concluido tras comprobarlo en 373 pacientes.

Según uno de los líderes del proyecto, el profesor de neurociencia Colin Masters, de la Universidad de Florey (Melbourne): “Un 30% de la gente entre 60 y 70 años muestra signos de que ya acumulan la proteína beta-amiloide en sus cerebros, y es algo que se puede descubrir con tan solo un análisis de sangre. En un futuro cercano, las personas con 55 o 60 años, tendrán que hacerse un chequeo regular cada 5 años para poder determinar si están en camino de padecer una demencia o Alzhéimer”.

Este descubrimiento ha dado esperanza a quienes desarrollan fármacos para tratar esta enfermedad, ya que podrán hacer que sean mucho más específicos y más efectivos. Si una persona que va a padecer una demencia es tratada con tiempo, los síntomas pueden llegar a ser menos invasivos en el paciente. Además, saberlo con antelación, puede ayudarles a mejorar hábitos en su dieta, ejercicio diario u horas de sueño para detener su avance.

El científico ganador de un Premio Nobel en Química en 2002, el doctor Koichi Tanaka, ha formado parte de este nuevo avance y ha sido publicado en la revista Nature este pasado martes.

Fuente: The Guardian

Alberto Pascual García