No. Los hematíes y las plaquetas sanas carecen de núcleo, y por tanto, no contienen ADN del individuo. Los leucocitos sí, pero son un intruso “menor” que no suele provocar problemas.
Esa ausencia de material genético evita el rechazo (si coincide el grupo sanguíneo) que se produce con órganos trasplantados. En esos casos hay que “frenar” al sistema inmunitario para que no “combata” al cuerpo extraño. En todo caso, el efecto de una transfusión es corto, porque el organismo restituye por sí mismo la pérdida.
Pedro Javier Cañones Garzón
Secretario General de la
Sociedad Española de Médicos
Generales y de Familia
Enviada por Ricardo Gómez, correo electrónico.
Redacción QUO