El pasado mes de abril, los habitantes de Kalachi, una pequeña aldea de Kazajistán, fueron protagonistas de una cadena de extraños sucesos. Poco a poco, todos los ciudadanos de la villa fueron cayendo víctimas de una inexplicable epidemia de sueño que les sumió en un profundo letargo del que, en algunos casos no llegaron a despertar hasta varios días después. Pero la cosa no acabó ahí, ya que empezaron a experimentar extraños efectos secundarios, que iban desde el deseo irrefrenable de tener relaciones sexuales, hasta sufrir alucinaciones y manifestar comportamientos violentos. La historia parece sacada de una película de terror, y los lugareños llegaron a manifestar su temor a que los estuvieran intoxicando con alguna sustancia extraña.
Pues bien, cierta razón no les faltaba. No existía intencionalidad alguna, pero realmente si estaban siendo intoxicados. El viceprimer ministro de Kazajistán, Berdibek Saparbáyev, ha informaod de que ya se concoe la causa de este raro mal. Y no es otra que las emisiones de monóxido de carbono que proceden de una minde uranio abandonada en los alrededores de la ciudad.
Las conclusiones son el fruto del examen médico de las víctimas y el trabajo de los científicos de varios institutos especializados. Los resultados del estudio fueron enviados para su análisis a Moscú y a Praga, donde se confirmaron las suposiciones de los científicos kazajos. ahora, los habitantes de Kalachiserán evacuados y realojados en otro lugar.
Redacción QUO