Los varones que son padres muy jóvenes corren un mayor riesgo de morir al llegar a esa época que se suele calificar como «mediana edad». Al menos, si eres finlandés. Pero no lo decimos nosotros. Es la conclusión que se extrae de un estudio realizado por la investigadora Elina Einiö de la Universidad de Helsinki. Según este informe, aquellos hombres que tuvieron su primer hijo alrededor de los 22 años, tienen un 26% de posibilidades de fallecer entre los 40 y 50 años, que aquellos que son padres por primera vez a una edad más tardía.
El estudio sugiere que la salud de los padres jóvenes es más precaria, pero las razones de este vínculo no están claras. La autora de la investigación, Elina Elniö sugiere que podría deberse a que: «Muchos de esos padres sacrifican su carrera laboral y acaban teniendo trabajos peor remunerados, lo que puede repercutir en una peor salud».
Para realizar la investigación, se estudió a 30.000 varones finlandeses. El 62% de los sujetos habían tenido su primer hijo entre los 22 y los 26 años y, sorprendentemente, uno de cada veinte de esos hombres falleció durante el transcurso del estudio; un ratio de mortalidad muy superior al de los hombres que habían sido padres una vez cumplida la treintena.
Redacción QUO