Tras un ajetreado día encerrado en una gris oficina, un paseo con un poquito de ritmo por la tarde puede sentarte mejor de lo que imaginas. Según el psicólogo Justin Rodas, “aprendemos mejor y pensamos con más claridad cuando caminamos o hacemos ejercicio”.
Aunque el hecho no se entiende por completo, parte de las razones de que nuestra mente elimine los bloqueos con el ejercicio se debe a que el flujo sanguíneo aumenta en todo el cuerpo, incluido el cerebro. Más sangre implica más oxígeno, lo que hace que nuestra máquina de pensar funcione mejor ¿Será esto por lo que algunos ‘evolucionan’ en el gimnasio?
*Publicado en Quonectados nº 216
Redacción QUO