Las Ánimas son dos de las piezas más conocidas del genial escultor italiano Gian Lorenzo Bernini. Fueron esculpidas en 1619 y, hasta la fecha, siempre se había creído que eran dos figuras con un significado religioso. Se decía que una de ellas representaba a un alma en el paraíso y la otra, más tortuosa, a una que penaba sus culpas en el infierno. Pero podría ser que esta interpretación no sea del todo correcta.
El significado religioso de estas obras de arte acaba de ser cuestionado por David García Cueto, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Granada, en un estudio cuyos resultados han sido publicados en la revista especializada Sculpture journal. El profesor Cueto ha tenido acceso por primera vez a documentos del que fue el primer propietario de las estatuas, un importante clérigo español llamado Fernando de Botinete y Acevedo, que vivía en Roma. Del estudio de dichos documentos se deduce que la primera intención de Bernini al crear sus obra fue la de representar a dos personajes mitológicos, concretamente a una ninfa y a un sátiro.
¿Por qué cambió entonces el significado de las mismas? No es posible saberlo a ciencia cierta aunque, según el investigador, tal vez el artista pensó que sería más fácil vendérselas a un clérigo si se suponía que las figuras representaba figuras con una simbología cristiana. Pero, por supuesto, solo es una hipótesis.
Redacción QUO