Hoy vamos a tratar una cuestión de interés general. Algo que a todo el mundo le ha sucedido en, al menos, una ocasión. ¿Quién no se ha ido de viaje y ha tenido enfrentarse a una sensación que puede llegar a ser horrible? Nos referimos al miedo que, en ocaisones, se siente ante la perspectiva de tener que hacer de vientre en un cuarto de baño «extraño».
La verdad es que este fenómeno puede deberse a dos causas. La primera de ellas a una curiosa fobia conocida como parcopresis (aunque popularmente se la denomina «síndrome del intestino tímido»), y que consiste en el temor a tener que defecar en baños públicos. Un temor que nace del convencimiento de que dicho lugar ha sido usado por muchísima gente y que, por tanto, estará lleno de gérmenes. Algunos estudios sugieren que al rededor del 7% de la población europea y americana padece este tipo de síndrome.
Pero, aunque se pertenezca al 93% restante, es bastante habitual que, al viajar a otro, país suframos de un estreñimiento pasajero y tengamos serios problemas para ir al baño con normalidad. La causa, al parecer, se debe al estrés que producen los cambios de hora, el jet lag… Todos esos factores afectan a nuestra flora bacteriana intestinal, haciendo que nuestro cuerpo necesite unos días para acostumbrarse antes de que podamos sentarnos en la taza del water con la misma naturalidad con la que lo hacemos en nuestra casa.
Redacción QUO