A pesar de que ayer el obispo de Francia afirmase públicamente que «no sabe decir si la pedofilia es pecado» o no, creo que todos sabemos que el abuso a un menor es de los delitos y desviaciones sexuales más graves que existen y que con más rapidez necesitamos erradicar. Por ello, la ciencia se afana desde hace mucho tiempo en encontrar una solución a esta terrible lacra social.
Ahora, científicos suecos del Instituto Karolinska creen haber descubierto el camino para desarrollar una inyección que evite la agresión sexual por parte de un pederasta antes de que ocurra. Para ello, cuentan con voluntarios pedófilos que dejarán que los científicos estudien si pueden ser identificados y tratados antes de que ataquen a un niño. Para ello utilizarán degarelix, un fármaco usado para el cáncer de próstata que bloquea la señales del cerebro responsables de estimular la producción de testosterona. La idea es comparar el comportamiento de 30 hombres que toman este fármaco con otros 30 a los que solo se le suministre un placebo. Actualmente, los científicos están buscando financiación para desarrollar la investigación.
Según explica el doctor Christoffer Rahm, psiquiatra e investigador del Instituto Karolinska, «el abuso sexual infantil causa mucho sufrimiento para las víctimas y sus familiares, y también cuesta a la sociedad enormes cantidades de dinero. Además, tiene consecuencias negativas para el autor ya que existen grandes riesgos de que queden totalmente aislados, deprimidos y condenados a prisión». A lo que añade: «hasta ahora, la mayor parte de la atención ha estado centrada en hacer frente a los autores a través de la policía, pero en esta etapa los niños ya han sido atacados y sufren las consecuencias. Este proyecto de investigación pretende cambiar el enfoque y explorar los métodos que pueden existir para prevenir el abuso sexual infantil antes de que ocurra.»
Fuente: telegraph.co.uk
Redacción QUO