Prácticamente todos los varones hemos escuchado alguna vez bromear sobre este tema. Muchos recordarán incluso la mítica película Clerks, donde los dos protagonistas acuden al funeral de un amigo que se ha roto el espinazo tratando de hacerse una felación a sí mismo. Pero, ¿es posible realizar semejante proeza?
El mito de la autofelación viene de lejos. Las primeras referencias se encuentran en el antiguo Egipto, ya que la tradición dice que el dios del sol, Ra, creó a otras dos deidades, Shu y Tefnut, practicándose una felación y escupiendo el semen al suelo.Se dice también que el poeta italiano Gabriele d’Annunzio era un auténtico atleta sexual capaz de darse placer oral a sí mismo.
Al margen de la cuestionable veracidad de tales leyendas, lo cierto es que este mito está muy arraigado en el imaginario masculino. Según el informe Kensey, al menos el 26% de los varones ha intentando practicarla en al menos una ocasión. Aunque el mismo estudio asegura que solo un 1% es capaz de llegar a rozar su pene con la boca. Y la cifra de hombres que pueden completar la autofelación se reduce a uno de cada mil, según la misma fuente. Y otros estudios, como el realizado por los psiquiatras Jesse Cavenar, Jean Spalding¡ y Nancy Butts en 1977, recogen casos como el de un joven de 22 años que llevaba desde los doce practicando la autosatisfacción oral.
Se concluye, por tanto, que no es imposible, aunque se requiere una elasticidad realmente prodigiosa para tener éxito en este empeño. El psiquiatra Frances Millican informó en 1975 del caso de un paciente que estaba aprendiendo yoga con este propósito.
De todas formas, suena tan complicado que nuestro consejo es que no traten de imitar a esos personajes. No sea que a alguien le vaya a suceder lo mismo que al personaje de Clerks.
Vicente Fernández López