Nuestros abuelos tienen la suerte de poder estar viviendo cosas que solo imaginaron gracias a la ciencia ficción. Es lógico que si subes a una abuela a un coche y este conduce solo, la mínima reacción va a ser un ataque de histeria producido por la inseguridad de ceder la protección de tu vida a una máquina.

Es lo que le ocurrió a esta buena señora cuando se ofreció a testear el piloto automático del Tesla Model S. Su reacción no tiene desperdicio:

Share

Fuente: CarBuzz

Redacción QUO