El parachoques de tu coche, los “tupper” de la cocina, el champú y la gasolina de alto octanaje. Todos ellos contienen ingredientes derivados del propileno, un hidrocarburo que en la Tierra obtenemos del petróleo y se halla en otros combustibles fósiles. Pues esa misma sustancia acaba de descubrirse en Titán, la mayor luna de Saturno. Solo que allí se encuentra flotando en la atmósfera.
Según un artículo publicado en Astrophysical Journal Letters, la sonda Cassini lo ha detectado con su espectómetro de infrarrojos (CIRS), que mide la radiación de calor de Saturno y sus satélites e identifica sus distintos componentes químicos por la particular huella térmica de cada uno.
El origen de ese propileno se encuentra en la composición de la atmósfera de Titán. Su gas más abundante, igual que en la Tierra, es el nitrógeno, seguido del metano. Éste asume allí el papel de nuestro vapor de agua: se evapora de la superficie, forma nubes y llueve. Pero la luz del sol es capaz de descomponerlo y, cuando sus moléculas vuelven a reagruparse, dan lugar a distintas sustancias, según el número de carbonos que contengan.
En nuestra primera visita al satélite, en 1980, la sonda Voyager 1, empezó a detectarlos: entre otros, todos los miembros de las familias de uno y dos carbonos y algunos de la familia de tres, pero ni rastro del propileno, perteneciente a estos últimos. Hasta que ha llegado el CIRS. Michael Flasar, investigador principal del equipo que controla este instrumento, asegura en la nota de prensa de la NASA que “este éxito nos da muchísima confianza en que encontraremos más sustancias químicas que llevan mucho tiempo escondidas en la atmósfera de Titán”.
La importancia de detectarlas va más allá de la simple curiosidad, ya que “mucha gente piensa que Titán se parece a la Tierra prebiótica, en la que las moléculas estaban formando la base para la vida”, según manifiesta en el vídeo explicativo de la NASA Conor Nixon, primer autor del estudio sobre el propileno.
Pilar Gil Villar