Que los chimpancés tenían una faceta agresiva, era algo ya sabido. De hecho, la célebre primatóloga Jane Goodall, ya documentó en los años 70 numerosos episodios de violencia entre otros primates. Hasta la fecha, la tesis más aceptada era que las conductas agresivas de los chimpancés eran una reacción a la perturbación que les provocaban los comportamientos anomalos de los humanos u otras especies en su hábitat. Pero una reciente investigación realizada por antropólogos de la Universidad Estatal de Arizona, y cuyos resultados se han publicado en la revista Nature, parece demostrar que estos primates tienen una inclinación propia a la violencia.
Tras analizar 152 agresiones letales, los investigadores llegaron a la conclusión de que la agresión mortal hacia miembros de otros grupos forma parte del repertorio de comportamiento natural de los chimpancés. «Este estudio echa por tierra la idea de que la agresión letal entre los chimpancés salvajes sea un comportamiento aberrante causado por perturbaciones humanas», dice Ian Gilby, uno de los autores de la investigación.
¿La causa? Los investigadores piensan que la violencia ha demostrado ser para los chimpancés una estrategia evolutiva muy hábil, ya que les facilita conseguir más comida, oportunidades de aparearse… Aunque, curiosamente, la mayoría de esos actos villentos suelen ser cometido por los machos.
Redacción QUO