Allá en el Cretácico, un gran reptil alado se convierte en objetivo de una manada de pequeños Saurornitholestes, con sus dientes y garras afilados para la victoria. Es el momento de mayor tensión del libro Pterosaur Trouble (Pterosaurios en apuros), del canadiense Daniel Loxton. La publicación de la editorial Kids Can Press forma parte de la trilogía Cuentos de la vida prehistórica, que pretende acercar a los más pequeños a la anatomía, la forma de vida y las costumbres de las grandes especies del pasado. Y todas al hilo de aventuras llenas de emoción y realismo. Los anquilosaurios (inmensos herbívoros), pterosaurios (reptiles voladores) y plesiosaurios (criaturas marinas) protagonizan cada una de las entregas de la trilogía, narrada con fascinantes imágenes diseñadas por ordenador.
La importancia del grupo y la cooperación, la protección de la familia y el riesgo de los depredadores se abren hueco en argumentos tan fieles a los conocimientos científicos como los detalles del aspecto de cada animal. Para garantizar el rigor, Loxton y su colaborador Jim Smith han contado con la supervisión del paleontólogo Durren Naish. El resto es cosa de niños.
[image id=»67545″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Daniel Loxton | Autor de los textos y las imágenes.
«En paleoarte se vive una reacción contra la historia violenta”
P.- ¿Por qué eligió el tema de las criaturas prehistóricas?
R.- Siempre me han gustado. Por la noche leo con mi hijo de 8 años y mi hija de 3, y quería hacer algo que uniera educación y aventura. Además, en un libro anterior de no ficción había incluido imágenes similares y a mi editor le entusiasmó la idea de una serie entera con ellas.
P.- Las historias hablan de la vida diaria de los animales.
R.- Sí, en paleoarte se está viviendo una reacción a las representaciones de animales prehistóricos como seres hiperenergéticos y de una violencia sin sentido. En estos libros aparece cierta violencia, pero procuro dedicar parte de la historia a otros comportamientos –como la interacción pacífica y social o el deambular en busca de alimento– de los que cada vez encontramos más pruebas en los registros fósiles.
P.- Sin embargo, los protagonistas viven momentos peligrosos.
R.- Sí, yo fui pastor de ovejas con mi esposa. Decidimos educar a nuestros hijos con los ojos abiertos a un mundo hermoso, con sus maravillas, sus alegrías y su dolor. Por eso las criaturas se enfrentan a grandes peligros. Pero al final siempre mantengo un final feliz, que permita a los niños poder dormirse luego.
P.- ¿El trabajo gráfico es muy complejo?
R.- Mucho. El fondo se basa en fotografías hechas en nuestros bosques que luego retocamos; los dinosaurios se diseñan por ordenador y tardamos dos semanas solo en dar la textura de piel al diseño de uno de ellos. Además en el proceso enviamos el material un par de veces a Durren Naish, el consultor científico. De manera que es un complejo trabajo de colaboración entre Jim Smith, Durren y yo.
Pilar Gil Villar