Si en los años 70 la moda era ver películas en los autocines, ahora una nueva tendencia comienza a extenderse por algunos lugares del mundo: ver un largometraje en jacuzzis inflables, instalados en terrazas o hangares. París, Ámsterdam, Berlín y Londres son las ciudades donde ya se ha realizado la primera edición de este peculiar evento. La cinta elegida para la ocasión fue La vida de Pi, que trata sobre un náufrago y un tigre aislados en el océano en un bote salvavidas, un filme idóneo para ser disfrutado a remojo. La iniciativa es producto de la colaboración de las filmotecas de varias capitales europeas, y pretenden ir extendiéndola poco a poco.
Redacción QUO