Igual que los robots de la saga Transformers, un tipo de proteínas únicas en el cuerpo humano son capaces de alterar su configuración. Se trata de las llamadas proteínas desordenadas (IDP, por sus siglas en inglés) que carecen de una estructura tridimensional fija. Su configuración la define la exposición a diferentes químicos.
Así lo confirma un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de California Santa Bárbara sobre un tipo particular de proteínas IDP, las tau. Estas juegan un rol crítico en el cerebro.
Según se ha descubierto son su presencia es numerosa en las neuronas, allí estabilizan los microtúbulos (esencial para funciones neuronales como el transporte intracelular). Al carecer de una estructura fija, las tau pueden cambiar su forma y producir grumos, los cuales están asociados con enfermedades como el Alzheimer u otro tipo de demencias.
En nuestro cerebro – asegura Joan-Emma Shea, una de las investigadoras – estas proteínas precisan cambiar de configuración rápidamente para responder a las diferentes condicione. Es fundamental en este sentido comprende la relación entre forma y función para poder usar agentes externos y prevenir enfermedades”.
Una de las respuestas que hallaron fue que cuando son expuestas a un tipo de urea, se impide que una proteína tau se una a otra, evitando los grumos que podrían causar dolencias neurodegenerativas. El trabajo ha sido publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Redacción QUO