No tan deprisa. La cuestión es que el humo no es el único deshecho del tabaco. Su cultivo es muy exigente y absorbe seis veces más potasio que la mayoría de cultivos. En algunos países, los agricultores cultivan tabaco hasta que el suelo se agota y luego talan los bosques para obtener tierra virgen.
Pero eso no es todo. De los 5,5 billones de cigarrillos que se producen anualmente, 4,5 billones tienen filtros no biodegradables que van a parar a los vertederos. Se necesitan meses e incluso años para que los filtros se descompongan, y mientras tanto contaminan el suelo con casi 600 productos químicos.
De modo que, si el acto de fumar por si mismo no tiene consecuencias en el calentamiento global, el humo de los fumadores es un mal menor comparado con el daño que los cigarrillos hacen al planeta.
Redacción QUO