Sí, la misma radiación que te sirve para calentarte un vaso de leche podría ser usada para detener un coche a la fuga. ¿Cómo? Con un dispositivo ideado por la empresa Eureka Aerospace llamado HPEMS.
Es un sistema electromagnético de alta potencia integrado en un cañón, compuesto por una fuente de alimentación y una antena, que emite pulsos electromagnéticos para desactivar y detener un coche automáticamente a una distancia de hasta 200 m sin peligro alguno para los ocupantes del vehículo. El dispositivo es capaz de destruir la electrónica de un coche y obligar con ello al motor a pararse.
El invento, no puede usarse en vehículos anteriores a 1982, debido a que carecen de inyección, pero permitiría detener coches sospechosos o que huyen de la policía.
Publicación de la sección #Quonectados del nº 203.
Redacción QUO