A mil millones de años luz de nuestro planeta dos agujeros negros, con una masa equivalente a 39 y 26 veces la del Sol respectivamente, chocaron. La colisión generó un nuevo agujero y una perturbación del espacio-tiempo que, de acuerdo con la teoría de la Relatividad General, se habría propagado hasta nosotros a la velocidad de la luz. Esa perturbación son las ondas gravitacionales. Y, de acuerdo con José Alberto Ruiz Cembranos, físico de partículas y cosmología de la Universidad Complutense de Madrid, “son consistentes con las predicciones de la teoría propuesta por Einstein. El descubrimiento, del que disponíamos de evidencias indirectas desde el año 1974,no solo supone una confirmación de la teoría de gravitación de Einstein, que predice que las masas deforman tanto el espacio –cambian las longitudes de los objetos próximos a ellas– como el tiempo –hacen que los relojes avancen más despacio–, sino que abre una nueva ventana a la observación del universo.”

Lan ondas han sido registradas por el el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), que está formado por dos interferómetros láser, separados por una distancia de 3.000 km (uno en Washington y otro en Luisiana, más o menos la distancia que separa a Barcelona de Estambul). El uso de dos detectores separados es fundamental para poder suprimir el ruido, que constituye el principal problema en este tipo de técnica. Cuando una onda gravitatoria atraviesa uno de estos detectores genera un cambio minúsculo de una parte en 10^21 en la longitud del brazo que, sin embargo, esta tecnología ha sido capaz de detectar. “Para comprender la precisión de esta tecnología – explica Ruiz Cembranos – sería como detectar un cabello humano a 10 años luz de distancia”.

Se trata de una nueva confirmación de los cálculos de Einstein, pero ¿qué impacto tendrá en la ciencia y la tecnología? “En ciencia pura – aclara Ruiz Cembranos, nos informará de procesos astrofísicos de los cuales no tenemos información. Es la primera evidencia que tenemos de lo que ocurre cuando dos agujeros negros colapsa. Hay eventos cosmológicos, de los primeros tiempos del Universo, de los cuales no tenemos información. La radiación gravitacional se relaciona muy poco con todo y eso es bueno porque nos brinda información muy interesante, pero a la hora de aplicarla a la tecnología, ahora lo veo muy complicado. Pero en el futuro… Ahora convivimos con ondas electromagnéticas, quizás en el futuro ocurra algo similar con estas nuevas ondas”.

Juan Scaliter