El radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, no es solo el más grande del mundo. Es además todo un icono de la investigación espacial. Pero sus días podrían estar contados. ¿La causa? La de siempre: el dinero, ya que al parecer resulta demasiado costoso seguir manteniéndolo en funcionamiento.
La Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos es la encargada de decidir cual será el futuro de esta instalación científica. Se baraja la posibilidad de arrendárselo a alguna compañía privada que se encargue de garantizar el coste de su mantenimiento. Pero, si nadie se postula para ello, su clausura será el destino más probable.
Así que… Adiós Arecibo, adiós. Fue bonito mientras duró.
Fuente: Scientific American.
Vicente Fernández López