El comienzo de la pubertad y el desarrollo sexual en humanos se desencadena cuando el cerebro libera la hormona liberadora de Gonadotropina (GnRH), cuyo centro de acción es la hipófisis. Se sabía que la mosca de la fruta (Drosophila) tenía dos hormonas similares, una utilizada para hacer uso de la grasa almacenada y servir de combustible en el vuelo (AKH u hormona adipocinética) y otra, corazonin, que hacía que su corazón latiera más rápido. Lo que se desconocía era la información relacionada con otros invertebrados más cercanos, evolutivamente a los humanos, que los insectos.
Ahora un grupo de científicos de la Universidad Queen Mary (QMUL), junto a biólogos de la Universidad Warwick y la KU Leuven en Bélgica, ha revelado la historia perdida de esta hormona, en la estrella de mar.
El equipo descubrió que la estrella de mar tiene dos hormonas similares a la GnRH, como las moscas.“Cerca de 500 millones de años atrás – explica Maurice Elphick, de la QMUL – había animales en los océanos que solo tenían un gen que codificaba este tipo de hormona. Pero entonces este gen se duplicó y las dos copias originaron ambas versiones, las que encontramos en la mosca de la fruta y la estrella de mar. Pero en algún momento del linaje evolutivo que llevó a los humanos, la hormona corazonin se perdió”.
Lo que aún no está claro es cómo nuestros ancestros se arreglaron para sobrevivir con apenas una copia de ambas. Los expertos “bucean” ahora mismo en la genética de la estrella de mar para saber dónde se expresan los genes que codifican esta hormona y su función. Con esta información podrán saber qué tarea desempeña y su vinculo con la evolución humana.
El estudio, Urbilaterian origin of paralogous GnRH and corazonin neuropeptide signalling pathways, ha sido publicado en Scientific Reports.
Juan Scaliter