Las fotos que colgamos en Instagram dicen mucho sobre nosotros. Así lo revela un estudio realizado por Andrew G. Reece, de la Universidad de Harvard, y Christopher M. Danforth, y publicado en arxiv, quienes afirman que las imágenes que se pueden ver en esta red social contienen datos muy importantes sobre la salud mental de sus autores.

Así, por ejemplo, observaron que las personas que sufren depresión son más propensas a subir fotos con caras. Pero, lo importante, es que en ellas generalmente solo parece una cara, la del autor. «Un selfie triste», como lo califican los investigadores. Mientras que en las fotos de quienes no sufren ese problema o trastorno, suelen aparecer los rostros de más personas. Los autores del estudio aseguran que esas fotos de una persona solitaria suelen revelar una vida social poco activa.

Igualmente, las fotos de las personas afectadas de depresión suelen estar dominadas por tonos azules, negros y verde oscuro. Además, parece que estas personas tienen preferencia por usar el filtro Inkwell, que pasa cualquier foto a blanco y negro. Por el contrario, quienes gozan de un estado de ánimo mas pletórico se inclinan por el filtro Valencia.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron miles de fotos obtenidas en distintos perfiles de Instagram, que les sirvieron para seleccionar a casi 600 individuos de los que se sospechaba que podrían padecer depresión. A estas personas se les sometió a un test psicológico que reveló que, efectivamente, más del 60% de ellos sufrían este trastorno.

Fuente: https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/1608/1608.03282.pdf

Vicente Fernández López