El núcleo de la Tierra, que es principalmente de hierro, constituye aproximadamente un tercio de la masa del planeta. Los otros dos tercios están formados casi en su totalidad por el manto de silicatos y se extiende más de 2.400 kilómetros bajo la superficie terrestre. La corteza y la atmósfera son tan delgadas que representan menos del 1% de la masa del planeta. El manto, la atmósfera y la corteza constantemente intercambian elementos, incluyendo aquellos necesarios para la vida. Pero hay una pregunta que los expertos aún no sabían cómo responder. ¿Cómo surgió la vida basada en el carbono, dado que la mayor parte de este elemento debería haberse evaporado en los primeros días del planeta o quedado encerrado en el núcleo de la Tierra? O más sencillamente: ¿de dónde vino el carbono?
Científicos de la Universidad Rice sugieren que casi todo el carbono fundamental para la vida de la Tierra podría haber venido de una colisión entre la Tierra y un planeta embrionario similar a Mercurio, hace alrededor de 4.400 millones de años,.
En un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience, el equipo liderado por Rajdeep Dasgupta, especializado en recrear las condiciones de alta presión y alta temperatura que existen en lo profundo de nuestro planeta, ha llegado a esta conclusión tras analizar los elementos del manto y realizar diferentes modelos que explicaran la presencia de carbono.
«Un escenario que explica la proporción entre azufres y carbono y la abundancia de este último en la Tierra – explica Dasgupta –, es que un planeta embrionario como Mercurio, que contaba con un núcleo rico en silicio, chocó contra nuestro planeta y fue absorbido por él. Debido a que se trataría de un cuerpo masivo, la dinámica podría funcionar de manera que el núcleo del planeta se uniría directamente con el núcleo del nuestro y su manto, rico en carbono, se mezclarían con el manto de la Tierra”.
En el artículo, los científicos afirman que “se necesitarán más investigaciones para conciliar todos los elementos, ya que el presente estudio sólo se centró en el carbón y el azufre”.
Juan Scaliter