La explosión de una plataforma petrolífera en el Golfo de México ha creado una marea negra que el gobierno estadounidense ya ha declarado como “catástrofe nacional”. La fuga emite el equivalente a 5.000 barriles de petróleo al día y la mancha de fuel avanza imparable hacia las costas de Louisiana, Misisipi, Alabama y Florida. La zona es un ecosistema de gran biodiversidad y de la que depende gran parte de la producción de marisco del país.

Los responsables de la plataforma, British Petroleum (BP), trabajan a destajo para cerrar el pozo con submarinos robotizados, a 1.500 metros de profundidad. Por su parte, el gobierno estadounidense ha empezado a quemar zonas de la mancha y ha ofrecido efectivos militares a BP para controlar el derrame.

Asimismo, cientos de guardacostas se han desplegado por la costa en preparación de la llegada del petróleo, y BP está entrenando a miles de ingenieros para trabajar en la costa. La NASA ofrece imágenes por satélite de la zona afectada.

Redacción QUO