Las operaciones para sellar el escape de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, en el Golfo de México, van por buen camino, según la compañía responsable del accidente, British Petroleum (BP). Sin embargo, la fuga continúa vertiendo crudo, aunque ya no parece tan denso, como muestra en directo la CNN.

[image id=»19679″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Los técnicos de BP trabajan desde el miércoles en una operación, conocida con el nombre de “top kill”, para sellar el pozo submarino y detener la fuga. El sistema, que no se había probado hasta ahora en estas profundidades, a 1.600 metros bajo el mar, consiste en inyectar en el lugar de la fuga una mezcla de agua, arcilla, productos químicos y varias capas de cemento para que se solidifique y tapone el escape.

En la operación se inyectan 8.000 litros de lodo por minuto, para intentar contrarrestar la fuerza del crudo y detener su flujo. La compañía ofrece en su web los detalles de la operación, con imágenes del sistema y una webcam en directo del lugar del siniestro.

Si esta operación falla, también habría un plan B. Los responsables de la petrolera barajan otros sistemas, como el denominado “junk shot” que consiste en introducir una variedad de materiales a alta temperatura, como piezas de goma, y hacerlos circular por el tubo para bloquear el vertido.

El accidente del Golfo de México se ha convertido ya en el peor derrame de petróleo de la historia de EE.UU. Una comisión independiente ha determinado que el pozo derrama entre 12.000 y 19.000 barriles de crudo al día, no 5.000 como indicaba la compañía al principio. Supera así con creces al accidente del petrolero Exxon Valdez en Alaska en 1989, que vertió más de 40 millones de litros. El gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, ha indicado que afecta ya a más de 160 kilómetros de la costa de dicho estado.

Redacción QUO