Caronte, la luna más grande de Plutón, es un curioso ladrón galáctico. Según un estudio publicado esta semana en la revista Nature, tiene el polo norte manchado de rojo porque allí guarda un botín demasiado grande: el de los gases que ha ido sisando, año tras año, a la atmósfera de su vecino.
Los científicos ya habían reparado en la curiosa coincidencia de que el planeta tenga zonas teñidas con el mismo color, pero no habían podido explicar el porqué. Ahora, han llegado a la conclusión de que los gases se han transmitido de Plutón a Caronte gracias al estudio de las imágenes que han recibido de la sonda espacial New Horizons. Dispuestas en una secuencia, y analizadas con potentes modelos informáticos, han podido usarlas para revivir el proceso que da lugar a la misteriosa mancha roja en la luna de Plutón.
Según explica el artículo, el metano que consigue escapar de la atmósfera de Plutón cristaliza en su luna más prominente. El efecto pictórico es una consecuencia posterior: la luz ultravioleta del sol convierte el gas en elementos orgánicos complejos conocidos como tolinas. Los espectaculares pigmentos cósmicos le sientan perfectamente a una luna bautizada con el nombre del barquero que conducía a las almas errantes por el río del Hades, el infierno griego.
«¿Quién iba a pensar que Plutón es un artista de graffiti, pintando a spray una mancha rojiza que cubre un área del tamaño de Nuevo México?», se ha preguntado el co-investigador de New Horizons en el Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona, y autor principal del artículo, Will Grundy, en un comunicado de la NASA. «Cada vez que exploramos, nos encontramos con sorpresas. La naturaleza es increíblemente inventiva en el uso de las leyes básicas de la física y la química para crear paisajes espectaculares», ha añadido. Y la creatividad es infinita en el espacio.
Redacción QUO