Algunos científicos saben mucho de ratones. Viven rodeados de ellos. Saben, por ejemplo, que suelen beber más las dos horas antes de dormir que durante el resto del día. Y ahora, gracias a una investigación publicada en la revista Nature, saben por qué lo hacen. Por extensión, quizá conocen la causa por la que probablemente muchos de nosotros también bebemos un vaso de agua, o de leche, antes de ir a dormir. Es un hallazgo interesante.
Los autores del estudio ya sabían que si no dejan que estos animales beban a gusto antes de la noche, se levantaban deshidratados. Pero lo que nadie tenía claro hasta ahora es qué mecanismo les conducía a tomar esta protección, y eso es lo interesante. Ahora se sabe que el reloj interno de los ratones, que controla los ciclos del sueño y la vigilia, es el responsable de indicar al cerebro que es la hora de dormir y que, antes de acostarse, le vendría buen un vasito de agua.
Es la primera vez que se profundiza en cómo el reloj regula una función fisiológica. Podría tener papeles importantes en otras, y más serias, funciones. “Los hallazgos podrían marcar el rumbo hacia medicamentos dirigidos a los receptores [cerebrales] implicados en algunos problemas típicos de las personas con turnos rotativos o jet lag”, ha explicado el coautor del estudio, Charles Bourque, en un comunicado.
Para atar bien sus conclusiones, el equipo de la Universidad McGill estimuló la zona del cerebro donde está el centro de mandos del reloj interno con una descarga eléctrica. El resultado fue la producción de la hormona vasopresina. Luego confirmaron que la vasopresina activaba las células del cerebro que se asocian a la sensación de sed, y terminaron de armar el puzle.
Si este mecanismo también se produce en el cerebro humano sigue siendo una incógnita. Pero si al final es así, y eres de los que no beben por miedo a tener que levantarte de la cama en plena noche, piensa que es una buena noticia; a la vasopresina también se la conoce como hormona antidiurética.
Redacción QUO