Los primeros agentes nerviosos fueron descubiertos accidentalmente en 1936 en Alemania por un equipo liderado por Gerhard Schrader. Su objetivo era encontrar un pesticida, pero dieron con uno tan efectivo que una gota derramada, provocó síntomas de asfixia, mareo y problemas en la vista en Schrader y otro investigador. Fueron necesarias tres semanas para que se recuperaran totalmente. Los científicos habían descubierto el tabún, un agente nervioso capaz de matar en apenas 15 minutos. En 1938 el mismo equipo descubrió otro químico al que bautizó con sus nombres: Schrader, Ambrose, Rüdiger and van der Linde: Sarin.
Los agentes nerviosos invaden el cuerpo y sabotean todas las funciones nerviosas provocando síntomas horribles como incontinencia, vómitos, sangrado y la muerte en cuestión de minutos. Hasta ahora sus efectos eran casi irreversibles, pero un equipo de expertos de Estados Unidos, China y Arabia Saudí ha creado un tratamiento que evitaría dichos efectos.
Previamente se conocía un antídoto, la ácido organo-fosforoso-anhidrasa (OPAA), una enzima capaz de romper los enlaces de los agentes nerviosos. Pero nuestro sistema inmune se deshacía de la OPAA rápidamente. La respuesta era ganar tiempo. Con esto en mente, el equipo de expertos, dirigido por Omar K. Farha, desarrolló unaestructura metal-orgánica (MOFs por sus siglas en inglés) en la cual encapsular la enzima. Las MOFs son, básicamente, una clase de material que es fácil de almacenary de manipular a temperatura ambiente. Debido a que están formados por átomos de carbono y de algún metal (en este caso zirconio) reaccionan con el entorno, por ejemplo abriéndose y liberando su carga. Los resultados, publicados en ACS Nano, demostraron que el MOFs hace que la enzima sea aún más efectiva.
Juan Scaliter