Pese a que su cuerpo reconcho y el tamaño de sus alas parecerían un impedimento para que los abejorros (del género Bombus ) alcen vuelo, diferentes estudios han analizado la física detrás de esta verdadera proeza.
Ahora un nuevo estudio, realizado por científicos de universidades de Australia, Alemani, Japón y Francia, explican cómo estos insectos logran enfrentarse a las condiciones de viento cambiante “altamente complejas y que implican un alto grado de control para garantizar la estabilidad”, según se puede leer en el artículo publicado en Nature.
Para intentar responder a este enigma, los expertos combinar diferentes experimentos en los que analizaban el vuelo de los abejorros con diferentes simulaciones, lo que les permitió identificar la mecánica detrás del vuelo. El equipo entrenó a unos abejorros para que volaran hacia arriba en un túnel de viento, dirigiéndose hacia una flor artificial. Los resultados mostraron que los insectos alternaban movimientos laterales con otros giratorios en lo que la actividad y la inactividad eran la regla. “La capacidad de los abejorros – explican los autores – para mantener la estabilidad combinando modos pasivos y activos de vuelo es lo que les permite enfrentarse a corrientes de aire cambiantes. Este conocimiento aporta también importante información para las máquinas que se enfrenten a condiciones similares”.
Juan Scaliter