Tenemos la imagen de un glaciar como un gran manto de color blanco. Y lo habitual es que suela ser así. Por eso sorprende tanto ver el glaciar Ródano en Suiza, que presenta este insólito aspecto, totalmente cubierto de mantas. ¿El motivo? Frenar el deshielo.
Las temperaturas, menos frías de lo habitual, han provocado que en un día de calor este glaciar pueda perder hasta 12 centímetros diarios. De hecho, se ha constatado, que este verano disminuyó seis metros en solo unas semanas.
Los especialistas aseguran que las mantas, al impedir que los rayos de sol alcancen el hielo, pueden ralentizar el ritmo al que se derrite el glaciar en un 70%. Pero, pese a ello, se trata de una solución provisional. Si las temperaturas siguen siendo cada vez más cálidas, el glaciar terminará por desaparecer completamente.
Fuente: https://www.wired.com/2016/11/stefan-schlumpf-hidden-landscapes-rhone-glacier/
Vicente Fernández López