No, no es lo que estáis pensando. Es mucho más cómico. Durante el rodaje de The Hunger Games: Catching Fire en Hawái, la actriz Jennifer Lawrence tuvo la imperiosa necesidad, según sus propias declaraciones, de rascarse el trasero.
El problema es que esta necesidad fisiológica casi termina en una gran tragedia. Según declaró en el programa The Graham Norton Show, «había piedras sagradas y se suponía que no debías sentarte en ellas. La razón es que no está bien visto exponer los genitales sobre unas rocas sagradas». Su explicación a esta ‘osadía’ es que tuvo puesto un traje húmedo durante la mayor parte del rodaje y usó dichas piedras con el fin de aliviar una picazón en sus posaderas. Según sus propias palabras, «¡eran tan buenas para rascarse el trasero!».
El problema fue que ocurrió algo completamente inesperado: “La roca con la que estaba rascándome el trasero se soltó. Era una roca gigante y rodó por la montaña y casi mata a nuestro chico de sonido”. Por fortuna, el chico de sonido está bien y no ha sufrido ningún daño.
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Fuente: laprensa.peru.com
Redacción QUO