Los coches autónomos ya son una realidad y, en un futuro cercano, estarán cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana. Por ese motivo, las cuestiones relacionadas con su seguridad son tan importantes.
Ahora, un nuevo estudio realizado por la Universidad de Stanford revela un inconveniente en los modelos ya existentes. Y ese problema es relativo al instante en que el conductor humano ha de hacerse de nuevo con los mandos del vehículo, después de que la conducción robótica haya estado funcionando un buen rato.
En los actuales vehículos autónomos lo normal es que el coche funcione solo aunque, en momentos puntuales, ceda el control a la persona que va en el coche.
Lo que hicieron los investigadores fue comprobar como maniobraban los conductores cuando el coche les cedía de nuevo el control mientras circulaba a una velocidad elevada. Y lo que comprobaron fue que las personas se manejaban más torpemente al tener que realizar algún tipo de maniobra, cuando había pasado bastante tiempo desde la última vez que habían llevado el volante.
En realidad era falta de práctica, pues el experimento demostró que esos mismos conductores superaban esa torpeza cuando se habían habituado a manejar el vehículo y se habían acostumbrado a los cambios de velocidad que puede realizar mientras está circulando autonomamente.
El hallazgo no supone ningún inconveniente grave para la aceptación de este tipo de vehículos, pero si pone de manifiesto que tal vez sea necesario pasar por algún periodo de entrenamiento con ellos antes de lanzarse a conducir uno.
Fuente: http://news.stanford.edu/2016/12/06/taking-back-control-autonomous-car-affects-human-steering-behavior/
Vicente Fernández López