Existe un animal que llama la atención por sus brillantes colores, porque hace de los naufragios su hogar, se alimenta filtrando el agua, como las ballenas y porque dispara moco para capturar sus presas. Se trata del recientemente descubierto caracol Thylacodes vandyensis.
«Estos caracoles son animales particularmente extraños – explica Rüdiger Bieler, autor principal del estudio publicado en PeerJ – y si bien es cierto que descubrimos muchos caracoles inusuales, éste podría tener un impacto sustancial en los esfuerzos para recuperar los arrecifes de coral”.
En lugar de tener la concha en espiral, como la mayoría de los caracoles, estos tienen formas tubulares que se adhieren a superficies duras. Pero hay más: mientras la mayoría de los caracoles son de movimientos lentos, los caracoles de la familia Thylacodes, no se mueven cuando llegan a su etapa adulta: se adhieren a un lugar y allí se quedan por el resto de su vida. Eso los convierte en buenos candidatos para vivir en superficies duras como barcos y arrecifes de coral.
De hecho, la nueva especie, Thylacodes vandyensis, lleva el nombre de «Vandy», el apodo que ha recibido el barco de la II Guerra Mundial USNS General Hoyt S. Vandenburg, un buque intencionalmente hundido para servir como arrecife artificial en los Cayos de la Florida.
“Primero me interesé por estos moluscos – afirma Bieler en un comunicado – cuando vi sus enormes glándulas. Normalmente, los caracoles producen un rastro de baba sobre el que se deslizan, pero si esta especie no se mueve, ¿para qué necesitan las glándulas?”. La realidad es que las usan para cazar. Gracias a unos tentáculos adicionales “disparan una tela mucosa, al igual que Spiderman –añade Belier –, aunque lo hacen a cámara lenta. Los microorganismos se quedan allí atrapados y los caracoles usan sus bocas para arrastrar la tela hacia atrás, filtrando el contenido, al igual que las ballenas”.
Por si todo esto fuera poco, los Thylacodes vandyensis parecen estar muy lejos de casa, algo que lllama mucho la atención, teniendo en cuenta que supuestamente no se mueven. Los expertos señalan que los especímenes que encontraron en Florida serían una especie invasora del Pacífico, pero allí nunca habrían sido descubiertos.
“Conocemos muy bien la fauna de caracoles del Atlántico – concluye Bieler –, por lo que la probabilidad de encontrar una nueva especie nativa en los Cayos de la Florida es bastante pequeña. Estos caracoles podrían haberse escondido en barcos de carga, y una vez que llegaron aquí, se convirtieron en los colonizadores perfectos. Pero hay un problema: esta especie puede ser perjudicial para los arrecifes, ya que reduce el crecimiento de los corales y se ha demostrado que son anfitriones de ciertos parásitos de las tortugas bobaPor lo tanto, si monitorizamos su presencia en los naufragios, podemos mantener un control sobre ellos y potencialmente impedir que se propaguen a los arrecifes”.
Juan Scaliter