Normalmente un péptido no ribosomal (PNR) es producido por bacterias y hongos y forman la base de la mayoría de los antibióticos actuales. Durante mucho tiempo, las compañías farmacéuticas han experimentado con ellos para producir antibióticos convencionales, pero el aumento de la resistencia antimicrobiana ha provocado la necesidad de utilizar técnicas de ingeniería genética para encontrar una nueva gama de antibióticos. Sin embargo, la ingeniería genética de los hongos y bacterias más exóticas, aquellas que probablemente tengan propiedades antibacterianas, es un reto porque los científicos no tienen las herramientas adecuadas y son difíciles de cultivar en un entorno de laboratorio.
Ahora un grupo de biólogos del Imperial College de Londres, liderados por Tom Ellis, han utilizado ingeniería genética en las células de la levadura de panadería para que produzca penicilina con propiedades antibacterianas contra la bacteria estreptococo.
Los autores del estudio, que se publica hoy en la revista Nature Communications, dicen que su nuevo método demuestra la eficacia del uso de este tipo de biología sintética como un medio para descubrir nuevos antibióticos. Esto podría abrir posibilidades para el uso de células de levadura modificadas con ingeniería genética para desarrollar nuevas formas de antibióticos y fármacos antiinflamatorios.
Sin embargo, los autores afirman que la investigación está todavía en sus primeras etapas y se necesita hacer más investigación para ver si puede adaptarse para otros compuestos y obtener la producción en cantidades comercialmente.
Fuente original: Imperial College de Londres.
Juan Scaliter