Al final, el pivot georgiano Zaza Pachulia (en la foto), jugador del equipo d ela NBA Golden state Warriors, no será sancionado por el durísimo golpe que le propinó en los testículos a Iman Schumpert, jugador de los Cleveland Cavaliers. Aquí no vamos a entrar discutir sobre la polémica deportiva en torno a esta decisión, sino a analizar porqué los golpes en esa delicada zona de la anatomía masculina resultan siempre tan dolorosos.
[image id=»90328″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Supongo que no revelamos ningún gran secreto si decimos que los genitales masculinos son una zona especialmente sensible. Esto se debe a que, al estar situados en una zona tan expuesta a agresiones exteriores, están «protegidos» por una red células encargadas de recibir las señales de dolor. Y decimos protegidas porque, realmente, el dolor aunque resulte tremendamente fastidioso y molesto, tiene la función de protegernos, avisando a nuestro organismo de que algo va mal en la zona dañada (en este caso en «nuestras pelotas») y obligando al cerebro a realizar alguna acción que ponga fin a dicho dolor. Por ejemplo, huir o protegernos de quien nos ha dado una patada en dichas partes.
Evidentemente, al estar los testículos rodeados por una cantidad de esa células (que reciben el nombre de nociceptores) superior a la de otras partes del cuerpo, eso hace que un golpe en dicha zona resulte más doloroso de lo normal. La ecuación es sencilla: cuantos más nociceptores, más dolor.
Pero aún hay más. Resulta que las terminaciones nerviosas de los testículos convergen en el abdomen, donde se encuentra el llamado nervio vago, cuyas ramificaciones se extienden por casi todo el organismo, llegando a zonas cómo el estómago, el hígado o el páncreas. Eso provoca que la sensación de dolor al recibir una patada en los genitales se sienta casi con mayor fuerza en la zona del estómago y que, en ocasiones, su eco alcance también a otros órganos, provocando, mareos, náuseas y hasta desmayos.
Todo esto, nos hace preguntarnos: ¿duele más un golpe en los testículos que otras experiencias traumáticas cómo, por ejemplo, un parto? Recientemente, la web científica AsapSCIENCE, publicó un cómico vídeo en el que trataban de responder a dicha pregunta. Según su explicación, el cuerpo humano puede aguantar hasta 45 unidades de dolor DEL. Y el que una madre siente al dar a luz sería de 57 unidades mientras que una patada en los testículos puede alcanzar los 9.000. Terrible, ¿verdad?.
Afortunadamente, según los especialistas, nada de eso es verdad. Ni existen las DEL ni se puede medir el dolor en unidades. El dolor, según afirman es una experiencia realmente subjetiva y es difícil comparar ambas situaciones. Una patada en los testículos es realmente dolorosísima, pero esa desagradable experiencia está condensada en un corto período de tiempo. En cambio, el dolor del parto se extiende en un período más prolongado, pudiendo acabar siendo tan insoportable o más que el anterior.
Redacción QUO