Es uno de los eventos más extremos del universo, la violenta muerte de ciertas estrellas iluminan el cielo dispersando en el espacio elementos más pesados que el hidrógeno y el helio. Son las supernovas y se cree que nuestro propio sistema solar se formó cuando una supernova cercana explotó distribuyendo estos elementos en una nube de hidrógeno que luego se condensó para formar el Sol y los planetas. De hecho, el hierro de nuestra sangre y el calcio de nuestros huesos se formaron en los restos de estas explosiones.
Un equipo de científicos, dirigido por el profesor Gianluca Gregori ha presentado la exhibición Cómo hacer una supernova en la exposición anual de la Royal Society.
El equipo de expertos muestra cómo fue capaz de imitar algunas de las propiedades de las supernovas en un laboratorio mediante el uso de los más poderosos láser del planeta, como el ORION. Cada pulso del láser dura sólo una fracción de segundo, pero en ese lapso genera una potencia equivalente a la ed eléctrica de todo el planeta.
“Los láseres son tan poderosos– explica Jena Meinecke, también involucrada en la exhibición –, que podemos recrear aspectos de supernovas que podrían caber en la palma de la mano. Esto nos permite responder preguntas fundamentales como ¿cuál es el origen de los campos magnéticos en el universo? Nuestra investigación nos ayuda a comprender mejor uno de los procesos más poderosos conocidos por la humanidad y, lo que es más importante, los orígenes de nuestro universo”.
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Juan Scaliter