Si lo pensamos, es lógico: compartimos cama, baño, cocina, utensilios y algunas cosas más con nuestras parejas. ¿Cómo no iban a estar incluidas las comunidades microbianas en el paquete?
Un nuevo estudio, realizado por expertos de la Universidad de Waterloo y publicado por la American Society for Microbiology, señala que, solo basándose en los microbios de la piel, era posible determinar quienes eran pareja con un 86% de certeza.
Los expertos, liderados por Josh Neufeld, analizaron muestras de microbios de ombligo, axila fosas nasales, torso, párpados, manos, pies y ombligo, entre otros, de 10 parejas. Los resultados revelaron mayores similitudes en algunos sitios que en otros. Por ejemplo, las comunidades microbianas en el muslo interno eran más similares entre las personas del mismo sexo biológico que entre las parejas. De hecho, los algoritmos lograron diferenciar entre hombres y mujeres con un 100 % de precisión analizando solo las muestras del muslo interno, lo que sugiere que el sexo biológico de una persona puede determinarse en base a esa región, pero no a otras.
Sin embargo, los investigadores también informaron que la cohabitación es probablemente menos influyente en el perfil microbiano de una persona que otros factores como el sexo biológico y qué parte del cuerpo está siendo estudiada.
“Es el primer estudio que logra identificar las regiones de la piel con los microbiomas más similares en las parejas – explica Neufeld en un comunicado –.En retrospectiva, tiene sentido, compartir casa probablemente sirve como una forma de intercambio microbiano con la pareja, y hasta con la propia casa.El estudio es parte de un enfoque de investigación más amplio dirigido a comprender cómo el microbioma de la piel se adapta y cambia con el anfitrión. En última instancia lo que estamos tratando de aprender es si los microorganismos de la piel han co-evolucionado con sus anfitriones con el tiempo”.
Juan Scaliter