Un fenómeno que hasta el momento se creía que solo había ocurrido a cientos de años luz de nuestro planeta o en los inicios del Universo ha podido ser documentado por primera vez en la Tierra. Para poder conseguirlo ha sido necesaria la colaboración de varios expertos de los campos de la física de materiales y de teoría de cuerdas, quienes se ayudaron de un material recientemente descubierto llamado “semimetal de tipo Weyl” y que es similar a una versión en 3D del grafeno.
Partiendo de esta base, un equipo de investigadores de IBM Research en Zúrich simuló un campo gravitatorio en su muestra al que impusieron un gradiente de temperatura. Tras realizar este experimento, se tomaron medidas en un cryolab en la Universidad de Hamburgo, y se llegó a la conclusión de que se había observado un efecto nunca visto en la Tierra: una anomalía axial-gravitacional, que rompe una de las leyes clásicas de conservación, como la carga, la energía y el momento lineal.
A pesar de que esta ruptura había sido ya descrita de forma teórica con métodos basados en la teoría de cuerdas, no se creía que pudiera ocurrir en nuestro planeta. Y es que se pensaba que solo se producía a altas temperaturas de billones de grados, en un estado de la materia llamado “plasma de Quarks y glutones”, el cual solo existió en las primeras etapas del Universo o en experimentos de colisión de iones pensados para los aceleradores de partículas.
Ahora se confirma que el fenómeno puede ocurrir en la Tierra, en sistemas de estado sólido de la física, en la cual está basada gran parte de la industria informática. Según el científico de IBM Research y autor principal del artículo, Johannes Gooth: “Ahora podremos construir aparatos con nuevos materiales de estado sólido basados en esta anomalía, que no había sido considerada anteriormente, para evitar potencialmente algunos de los problemas inherentes a los aparatos electrónicos clásicos, como los transistores”.
El equipo vaticina que este descubrimiento generará una fuerte de manda de nuevos aparatos, sobre todo para la conversión de energía.
Fuente: Agencia SINC
Alberto Pascual García