Una gorila de 49 años falleció el pasado domingo en el zoológico de Topeka (Kansas). En un principio, la cosa no parecía de gravedad, ya que el molestar de Tiffany parecía deberse a un bloqueo intestinal.
Con el fin de quitar presión a los intestinos, los veterinarios del zoo decidieron llevar a cabo una cirugía para eliminar «una cantidad significativa de heces» de su colón. Pero, tras la cirugía, Tiffany no mejoró, razón que llevó a los cirujanos a realizar más exploraciones el domingo. Fue así como descubrieron dos masas abdominales que resultaron ser tumores ováricos en estadio IV. Al volver a abrir, observaron que «la metástasis llegaba a la pared abdominal».
Cirujanos y veterinarios hicieron una pausa en ese momento y tomaron una difícil decisión: no despertarla tras la cirugía. Tiffany murió poco después, «rodeada por el equipo de personas que la habían cuidado». Según Brendan Wiley, director del zoológico, «incluso si todos los tejidos afectados por el cáncer hubieran podido ser eliminados, no veíamos cómo llevar a cabo correctamente un tratamiento de quimioterapia».
Vía | abcnews.go.com
Redacción QUO