Una investigación realizada por especialistas de la Universidad Nacional de Singapur ha revelado que nuestra capacidad para hacer amigos y tener una vida social plena y satisfactoria, está condicionada por dos genes, CD38 y CD157, vinculdos con la producción de la oxitocina.
Los autores del estudio comprobaron queuna mayor expresión de dichos genes corresponder con la presencia de mayores niveles de dicha hormona, la cual influye y regula muchos de los comportamientos sociales del ser humano, entre ellos la empatía, la sinceridad, el cariño o la capacidad de entrega.
Los investigadores trabajaron con 1.300 voluntarios, y descubrieron que aquellos con una mayor expresión de dichos genes podían calificarse como auténticos triunfadores sociales, mientras que los que encontraban en el extremo contrario, tenían serios problemas para relacionarse con su entorno y mostraban, incluso, dificultad para leer entre líneas. Aunque, según los autores del estudio, la mayor parte de los participantes en el experimento se encontraban situados en un saludable punto intermedio.
Los responsables de esta investigación consideran que los resultados dejan bien claro el importante papel que la expresión de los genes vinculados a la oxitocina juega en la capacidad para socializar. Pero, pese a ello, consideran que no puede hablarse de determinismo ya que, en muchos casos, nuestros comportamientos y los factores medioambientales y saludables pueden ayudarnos a influir en la expresión de dichos genes. Y explican que vivir en un ambiente apacible y rodeado de gente afectuosa, puede ayudar a paliar los efectos de la expresión de los genes más desfavorables.
Y, tratando de ir un poco más allá, los investigadores consideran que estos hallazgos abren la puerta a investigar sobre posibles medicamentos basados en la oxitocina para tratar a personas con graves problemas para socializar.
Vicente Fernández López