Sabemos que existe el problema pero no logramos detectarlo y mucho menos atajarlo por completo. Hablamos del dopaje, una de las mayores lacras del deporte profesional que además puede tener consecuencias sobre la salud de los atletas.
Según una encuesta realizada entre 2167 atletas en dos eventos deportivos diferentes, la cifra de profesionales que reconoció haberse dopado en el último año llegó hasta el sorprendente 43,6% en el caso de los deportista encuestados en el l 13º Mundial de Atletismo, celebrado en Corea del Sur en 2011.Por otro lado, el 57,1% de los competidores en los Juegos Panarábicos que tuvieron lugar en Qatar en diciembre de 2011 aseguraron haberse dopado en los últimos doce meses.
Además, la prevalencia de uso de de suplementos fue del 70% en el caso de los deportistas que participaron en los juegos Panarábicos. El estudio ha sido publicado recientemente en la revista Sports Medicine y ha sido realizado por investigadores de diferentes nacionalidades.
Los datos son especialmente sorprendentes porque contrastan con la tasa de detección de dopaje mediante diferentes tests. Así, los autores destacan que mediante análisis de orina y sangre la tasa de dopaje detectada oscila entre el 1 y el 2% de los deportistas. Esta cifra se eleva hasta el 14% cuando se emplea el método del “pasaporte biológico”, lejos de los datos ofrecidos por esta investigación.
De hecho, los autores del artículo, en su apartado de conclusiones, ponen de manifiesto que sus resultados señalan cómo el dopaje está ampliamente extendido entre los atletas de élite a pesar de los tests biológicos que se realizan actualmente, lo que plantea la necesidad de desarrollar métodos más exactos para dar caza a los deportistas tramposos.
Redacción QUO