A nivel mundial, la ONU prevé que el número de personas de 80 años o más, se triplique en 2050, pasando de 137 millones en 2017 a 425 millones en 2050. Para el año 2100 se espera que aumente a 909 millones, casi siete veces más que actualmente.
A medida que más y más personas lleguen a esta edad, los expertos buscan conocer más y mejor las cuestiones vinculadas a la salud y calidad de vida durante el envejecimiento. Uno de esos expertos es Jon Ramsey, quien lleva dos décadas estudiando los mecanismos que conducen al envejecimiento. Y ahora ha publicado un estudio que tiene tanto de sorprendente como de polémico. La investigación, publicada en Cell Metabolism, demostraría que una dieta alta en grasa o cetogénica no sólo aumenta la longevidad sino que también mejora la fuerza física.
“Los resultados nos sorprendieron un poco – explica Ramsey en un comunicado –. Esperábamos algunas diferencias, pero me impresionó la magnitud que observamos: un aumento del 13% en la esperanza de vida promedio de los ratones con una dieta alta en grasa versus alta en carbohidratos. En humanos, eso sería de siete a 10 años. Y lo importante, es que los ratones conservaron la calidad de la salud en el lapso extra”.
Mientras muchos estudios han demostrado que la restricción de calorías retrasa el envejecimiento en muchos animales, Ramsey estaba interesado en cómo una dieta alta en grasa puede afectar el proceso de envejecimiento.
Las dietas cetogénicas han ganado popularidad por los supuestos beneficios para la salud, pero los científicos todavía están intentando comprender que sucede durante la cetosis, es decir cuando la ingesta de carbohidratos es tan baja que el cuerpo cambia de usar la glucosa como principal fuente de combustible para quemar grasas y producir cetonas .
En el estudio, los ratones fueron divididos en tres grupos: unos con una dieta rica en carbohidratos, otros una baja en carbohidratos y alta en grasas y el último con una dieta cetogénica (hasta el 90% de la ingesta total de calorías provenía de grasas). Preocupado porque la dieta alta en grasas aumentara el peso y disminuyera la esperanza de vida de los ratones, los investigadores mantuvieron la cantidad de calorías de cada dieta igual.
“Diseñamos la dieta – añade Ramsey – concentrados no en la pérdida de peso, sino para ver el metabolismo. ¿Qué provoca esto en el envejecimiento? Eso era lo que queríamos saber”.
Los resultados mostraron que además de aumentar significativamente la vida media de los ratones, la dieta cetogénica aumentó la memoria y la función motora (fuerza y coordinación), e impidió un aumento en los marcadores de inflamación relacionados con la edad. También tuvo un impacto en la incidencia de tumores.
«En este caso – concluye Ramsey –, muchas de las cosas que estamos viendo no son muy diferentes en los humanos. En un nivel fundamental, los seres humanos siguen cambios similares y experimentan una disminución en la función general de los órganos durante el envejecimiento.Este estudio indica que una dieta cetogénica puede tener un gran impacto en la vida y la salud sin pérdida importante de peso o restricción de la ingesta. Así se abre una nueva vía para posibles intervenciones dietéticas que tienen un impacto en el envejecimiento”.
Juan Scaliter