Dos tercios de los pacientes con dolor torácico no están sufriendo un ataque al corazón. Sin embargo, son ingresados o tratados de forma preventiva hasta que se les puede realizar un ECG u otro tipo de pruebas. Ahora, un sencillo análisis de sangre puede poner fin a este desconocimiento. Un equipo de King’s College de Londres está desarrollando un test que en apenas 20 minutos arrojaría resultados sobre si se trata de un infarto o no. Su principio de funcionamiento se basa en que los niveles de la proteína C en unión a la miosina cardíaca aumentan muy rápidamente cuando se produce una ataque al corazón.
Ya con anterioridad existían otros análisis de sangre capaces de detectar estas dolencias cardiacas. La diferencia es que basaban su funcionamiento en la detección de la troponina y en que, para certificar el resultado, era necesario repetir la prueba tres horas después del ataque.
Redacción QUO