El virus de la rabia convierte a los animales en criaturas muy agresivas. Hasta la fecha, no se sabía prácticamente nada de como actuaba este patógeno pero, ahora, un estudio realizado por especialistas de la University of Alaska Fairbanks, ha logrado resolver el misterio.
Los investigadores han descubierto que el virus solo tiene cinco genes, por lo que transmite muy poca información al organismo del huésped. Pero también detectaron en su superficie unas moléculas llamadas glicoproteinas que, al invadir un cuerpo ajeno, bloqueaban los receptores de acetilcolina de los músculos, permitiendo al virus «secuestrar» las células nerviosas y replicarse a sí mismas, viajando a través de los nervios hacia el cerebro y otros tejidos para infectarlos.
Una vez en el cerebro, el virus interfiere las comunicaciones entre las neuronas, lo que le permite alterar el comportamiento del huésped. Para comprobarlo, los investigadores inyectaron glicoproteinas a ratones en el laboratorio, y el resultado fue que los cobayas se volvieron más impetuosos y mostraron comportamientos similares a los de los animales infectados de rabia.
Las principales víctimas de este virus son animales, pero se estima que cada año mata también a unas 59.000 personas en todo el mundo.
Vicente Fernández López