Acabamos de conocer un caso sorprendente. Unciudadano chino que padecía estreñimiento, estuvo casi una hora sentado en el retrete, intentado hacer sus necesidades. Para matar el tiempo se dedicaba a jugar con su teléfono móvil, mientras redoblaba los esfuerzos para tratar de hacer de vientre. Y, de improviso, notó la desagradable sensación de que algo del tamaño de una pelota, escapaba del interior de su cuerpo. Pero no eran heces. Se trataba de uno de sus propios órganos y, aunque había caído en el interior del inodoro, todavía continuaba unido a su propio organismo. El hombre acudió aterrorizado a un hospital y allí confirmaron que se trataba de su propio recto.
Vivir algo así tiene que resultar tan horrible como angustioso pero, al parecer, no es algo tan extraño como pudiera parecer. Según los especialistas, el paciente sufría una condición llamada prolapso rectal, por la que el recto pude llegar a salir al exterior del organismo. Lo más frecuente es que, igual que sale vuelva a entrar inmediatamente pero, en algunos casos extremos, puede quedarse en el exterior. Aunque sigue permaneciendo unido al organismo y se necesita operar para volver a reintroducirlo.
No hay que confundir este trastorno conlas hemorroides. La principal diferencia es que en estas, es solo la parte superficial del recto la que se escapa, mientras que en el prolapso es todo el órgano el que sale al exterior. Algunos estudios estiman quedos de cada cien mil personas padecen este problema, que afecta mayoritariamente a mujeres de más de cincuenta años, aunque puede producirse a cualquier edad.
No se conoce una causa concreta que sea el desencadenante del prolapso rectal, aunque se estima que en un 35% de los casos puede estar vinculado al estreñimiento crónico. Algunos estudios también lo vinculan con una atrofia de la masa muscular del esfínter, o con heridas y traumas sufridos en la zona anal.
Vicente Fernández López