Se está popularizando el uso de la expresión fiebre del trueno para referirse a los supuestos problemas que causan las tormentas primaverales a las personas que padecen asma. Pero, ¿hay algo de verdad en ese concepto? Lo cierto es que existen varios estudios estadísticos que apuntan a que existe un aumento del número de personas que acuden a centros hospitalarios por complicaciones causadas por el asma, durante los días en que se producen tormentas primaverales.
El principal de estos estudios se publicó en 2008 en la web especializada Thorax, y analizaba veinte millones de ingresos hospitalarios en los servicios de emergencias de veinte hospitales estadounidenses, durante más de 500 días en los que hubo tormentas primaverales entre los años 1993 y 2004. Y los resultados del estudio si detectaron un aumento estadístico considerable de las personas con asma que debían ser atendidas durante esos días.
Pero, ¿por qué las tormentas afectan tanto a las personas con asma? La causa es sencilla. El viento hace que los granos de polen asciendan hasta la atmósfera. Una vez en las nubes, los cambios en la humedad del aire provocan que se rompan liberando partículas perjudiciales para las personas alérgicas, que regresan con la lluvia al nivel del suelo.
Fuente: Popular Science.
Vicente Fernández López