Es difícil encontrar a alguien a quien no le gusten los dónuts. Pero, ¿por qué estos bollos nos resultan tan apetecibles? La culpa de ello es de nuestro cerebro, tal y como acaba de confirmar un nuevo estudio realizado por la Yale University. Los autores del mismo escanearon la actividad cerebral de un grupo de voluntarios mientras les mostraban alimentos muy ricos en grasas, otros que eran ricos en carbohidratos, y dónuts, que son ricos en ambos.
Y el resultado fue que los voluntarios experimentaron una mayor actividad en una región del cerebro llamada cuerpo estriado, en la que existen abundantes receptores de dopamina y que está vinculada a la sensación de placer que nos provocan los mecanismos neuronales de recompensa.
Simultáneamente, les preguntaron a los participantes en el experimento por qué alimento estarían dispuestos a pagar más dinero, y el resultado fue por los dónuts. Tal y como explican los investigadores, nuestro cerebro comenzó a evolucionar en la época en que nuestros ancestros se alimentaban básicamente con carne y vegetales, y no tenían a su disposición alimentos procesados que fueran a la vezricos en grasasy carbohidratos. Por eso, la comida moderna, como la bollería, ha provocado que nuestro cerebro reaccione de esa forma, generando tanta dopamina, cuando vemos alimentos muy ricos en grasas y carbohidratos.
Fuente: NewScientist.
Vicente Fernández López