Andrew Wardle nació sin pene, debido a que padece extrofia vesical, una malformación congénita del aparato urogenital que afecta a una de cada veinte millones de personas. Pero ahora, a sus 44 años de edad, este hombre va a perder por fin su virginidad, gracias a que le implantaron un pene biónico.
De niño, Andrew tuvo que someterse a varias operaciones para reconstruir su vejiga y para que le implantasen una bolsa de urostomía, un dispositivo que recoge la orina. Su vida dio el primer cambio trascendental en 2012, cuando los médicos decidieron eliminar la bolsa y practicarle una nueva cirugía aplicando el llamado principio de Mifrotanoff, para construir un pequeño canal que conectase la vejiga con el exterior de su cuerpo. La operación fue un éxito.
El siguiente paso fue construirle un pene biónico. Para ello utilizaron piel y músculo de su brazo izquierdo, y una vena de su pierna derecha. Todo el material fue manipulado para darle la forma y el tamaño de un pene normal, y posteriormente fue injertado en su cuerpo.
Para que el miembro viril funcione sexualmente, los médicos le han implantado también una bomba en el escroto, que activa un pequeño depósito de agua salina que tiene colocado en el abdomen, causando así la erección.
Fuente: Men´s Health.
Vicente Fernández López